En algunos países hispanoamericanos, se sustituye ahorca por ahoga. Pero apretar se aprieta siempre. Y siempre es Dios el que lo hace. El mismo que (siempre también) te saca de la hora oscura y provee de aquello que se necesita para seguir adelante, ya sin apretadas ni aprietes. 
Noticia Anterior

Argentina ocupa el sexto lugar en el mundo en cantidad de agua dulce per cápita

Noticia Siguiente

ROBO, RECUPERO Y APREHENSIÓN EN FLAGRANCIA